sábado, 16 de febrero de 2013

Renuncia de Benedicto XVI


                Hace unos días nos sorprendía a todos la noticia de la renuncia del Santo Padre Benedicto XVI. Era un hecho insólito en la Iglesia Católica. Muy pocos papas habían hecho uso de esta posibilidad canónica.
              Benedicto XVI renuncia –que no es lo mismo que dimitir- porque se siente incapaz, tal y como él mismo se expresa, a causa de su edad avanzada, para pilotar bien la barca de la Iglesia que nos lleva hacia nuevas aguas de nueva evangelización. Y tras una larga meditación sobre este aspecto, delante de Dios y aceptando su voluntad, decide transmitirnos humildemente que su misión en la Iglesia a partir del 28 de febrero a las 20,00h será otra: la oración por la Iglesia. En el día de hoy aún rezamos por las intenciones del Papa, el día de mañana seguirá rezando él por las intenciones del Papa: que serán la misma Iglesia y el mundo, sus personas, en el que ella habita.
                   El Papa pastor y teólogo que ha escrito tanto y tan claro sobre todos los aspectos que explican la doctrina de la fe, decide dedicarse plenamente a la contemplación de Aquel que ha dado todo por él. Ejemplo parecido podemos ver en Santo Tomás Aquino que contemplando largamente al crucificado y el amor a la Eucaristía inspiró toda su teología. Quizá haya llegado a la comprensión de su paisano, Karl Rahner, que decía que el “hombre del futuro será un místico o no será”. De la relación que tengamos con el Señor emanará una relación con el prójimo.
               Con esta actitud el Santo Padre nos demuestra una gran humildad que no proviene de la propia voluntad sino de aquel que se siente totalmente volcado en hacer la voluntad del Padre. Siente el deseo de terminar los últimos días de su vida en acción de gracias continua a Aquel que lo ha hecho todo por él, que le ha dado la vida y ahora quiere corresponder a su Amor.
              Y con esta decisión, nos ha demostrado que no es de los que sienten aferrados al cargo, porque lo suyo no es cargo, sino un servicio que como él mismo ha visto era por un tiempo y ahora es el tiempo de dar paso. Sin embargo, sus dificultades físicas no le han impedido ver con los ojos del interior para demostrar a todo el mundo que él es un humilde “trabajador de la viña del Señor”; así se describió en sus primeras palabras como Papa en el balcón de la basílica de San Pedro tras ser elegido.
             Ha sido el Papa que, al menos a mí, me ha sorprendido positivamente. Le recibimos llenos de prejuicios y el tiempo nos ha ido convirtiendo en nuestros juicios. Él ha sido el pastor que ha querido dar cumplimiento al tema de la Nueva Evangelización abierto por sus antecesores; y nos ha demostrado con su Magisterio claro y conciso que Dios es Amor. Esto se percibe claramente en su último mensaje de cuaresma en el que habla de la Fe y la Caridad, como dos caras de una misma moneda.
                 Benedicto XVI da su propio testimonio de como siente y piensa: él se siente pequeño delante del Señor, pero en verdad el es un gran hombre de Dios. Ha tenido que lidiar asuntos nada agradables y en todos ellos ha mostrado el cariño, la cercanía, el respeto, la conciliación, etc.,… en definitiva ha mostrado ese rostro de Dios pobre y humilde. A su edad, ha viajado desde Australia hasta América, África y Europa; ha querido estar presente en la Iglesia y en el mundo, ha querido confirmarnos en la fe allí donde él mismo se hacía presente.
              Ahora, Santo Padre, la Iglesia entera le da gracias, muchas gracias, por su servicio y amor, propio de quien vive y extiende la Eucaristía. Ojalá nosotros también aprendamos lo que en la vida tiene sentido y lo que no. Ojalá podamos reconocer la presencia del Señor en cada persona, en cada situación, en la naturaleza,… yo la quiero reconocer en usted. Ojalá podamos vivir todo lo que usted nos ha transmitido de palabra y obra. Ojalá pueda usted sentir el inmenso cariño que todos le tenemos.
            Señor, gracias por el hoy Papa Benedicto XVI, mañana obispo emérito de Roma Joseph Raztinger.

No hay comentarios:

Publicar un comentario