miércoles, 9 de julio de 2014

EL CATEQUISTA Y SU FORMACIÓN

        
¿Qué sería del catequista sin su formación? Pues se parecería a aquel futbolista que no entrena porque cree que ya lo ha aprendido todo, que no necesita aprender nuevas técnicas deportivas porque tiene confianza en sí mismo.

La diócesis de Valladolid a través de sus parroquias, unidades pastorales, arciprestazgos tiene la oportunidad de formar a sus catequistas. Todos los cristianos después de haber sido iniciados deberíamos continuar nuestra formación. Incluso los sacerdotes tenemos espacios grupales, y también a nivel personal, para leer y formarnos. 

Si decimos que nos encontramos en un tiempo nuevo y se nos está animando a una nueva evangelización urgente, se precisan catequistas y agentes de pastoral, en general, que estén a la altura de las circunstancias.

Valladolid, a través de la delegación diocesana de catequesis, ha ofrecido a lo largo de los tres últimos años la posibilidad de formación para los catequistas, no solo de nuestra diócesis sino también de fuera de ella. Pues han sido cientos los catequistas que han descargado los temas de la web de nuestra delegación. 


Lo cierto es que no podemos seguir igual, necesitamos descubrir nuestro sentido misionero como catequistas. Para nuevos tiempos, nuevos catequistas, es decir, catequistas con espíritu renovado. Tenemos la misión de animar, precisamente de esto es lo que más necesita nuestra Iglesia: que nos contagiemos la ilusión, la fe, la alegría por creer.

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