martes, 5 de julio de 2016

VERANO: NO PIERDAS EL TIEMPO


            El tiempo estival es muy largo, pero si no se aprovecha el tiempo pasará en balde. Nos podemos hacer muchos propósitos para el verano, como leer un libro, llevar al día el trato de amistad con el Señor, celebrar la Eucaristía diariamente, o al menos dominical mente, hacer ejercicios espirituales, etc. Todo esto está muy bien, pero este verano que se atañe al Año de la Misericordia te invito a hacer una buena confesión.
            Precisamente celebrar el sacramento de la misericordia te ayudará a crecer en el Amor de Dios, en el camino de la conversión, y podrás centrar tu vida para vivir con mayor orden y a la larga de una manera más feliz.
            Estaríamos muy equivocados si pensáramos que la vida ha de seguir la máxima de comamos y bebamos que mañana moriremos (carpe diem). Nuestro corazón anhela la felicidad más plena, más a larga. Jesús el Señor nos la propone hasta la vida eterna.
            Busca tiempos para meditar la Palabra de Dios, contémplala, no tengas prisa, ilumina tu vida desde esa Palabra, pues es Dios mismo quien se refleja en tu vida. Si no existe esa Luz, corres el riesgo de equivocarte: si no tengo pecados, si lo mío no tiene perdón de Dios, perdono, pero no olvido, me confieso directamente con Dios, etc. Si te dejas mirar por la mirada misericordiosa de Dios, podrás disfrutar con la conciencia tranquila, en paz, y podrás incluso transformarte desde esos ojos llenos de misericordia que te miran como hij@.

            La confesión nos renueva en el proceso de nuestra conversión. Este sacramento no exige listas de espera, no requiere citas previas, siempre hay un sacerdote dispuesto para administrar la gracia de Dios. No dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy. Pero no olvides, que antes, has de pedir luz, para dejarte iluminar por la Luz que te ayuda a revisar tu vida justamente. Ánimo, tu vida quedará en paz e irradiará paz a los demás.

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