miércoles, 31 de mayo de 2017

TIEMPO DEL ESPÍRITU


         Queridos amigos concluye la Pascua con la solemnidad de Pentecostés, en las segundas vísperas del domingo de Pentecostés soplaremos el Cirio Pascual y habremos dado por terminada la cincuentena pascual. El Cirio lo devolveremos al baptisterio donde será prendido para la celebración de los bautismos y, también, las celebraciones de las exequias o funerales; pues unos y otros nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde vamos: por la gracia bautismal emprendemos un camino de discipulado, amigos del Señor, y lo hacemos hasta la vida eterna, ni tan siquiera la muerte recorta este andar, puesto que Cristo vive para siempre y en Él tenemos puesta la esperanza de vivir siempre junto a Él.

         En Pentecostés nació la Iglesia, el Señor vio madura a la primera comunidad para continuar su obra sin su presencia física, nosotros muchos años después seguimos con el testigo que recogieron los primeros, se nos pide que seamos eslabones fuertes.

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